El Plan Nacional de Energía en materia de Hidrocarburos, presentado en días pasados, tiene la misión de despejar el camino para el segundo piso de la #4T, quitando de la política de la presidenta Claudia Sheinbaum, todos aquellos lastres heredados desde el peñismo.
La misión del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, específicamente para Pemex, fue estabilizar la producción de crudo y sentar las bases para la autosuficiencia energética, objetivo que se logró a cabalidad, y que, en manos de la nueva administración de Víctor Rodríguez Padilla, será consolidada.
Pero a pesar del ánimo renovador para la industria energética, y por ende para Pemex, persisten en la estructura de la petrolera figuras que, además de tener una estrecha relación con los gobiernos privatizadores del pasado, quieren llevar a las altas esferas intereses que Pemex no tiene permitido darse, principalmente por la vocación social que ha recuperado con el decreto del 30 de octubre, que le quitó la obligación de generar valor, para ponerse al servicio del país.
Así, resulta prioritario que se limpien de la petrolera exfuncionarios como Gustavo Hernández García, exdirector de Pemex Exploración y Producción (PEP) en la impresentable gestión de Emilio Lozoya Austin, cuando se hizo común el otorgamiento de contratos mediante asignación directa a ‘empresas de portafolio’, como los cuatro contratos por más de 21 mil millones de pesos a Sea Dragon de México, la protagonista de los Paradise Paper, y también le dejó el camino preparado a las empresas Proveedora de Fluidos Mexicanos (PFM), Petroquímicos Industriales del Norte (PIN) para la asignación directa de un contrato de 200 millones de dólares, contrato que ya no alcanzó a ser firmado durante su gestión y que por poco brincó a la administración de su sucesor, Javier Hinojosa Puebla.
A la larga lista de Gustavo Hernández García, habría que agregar que durante su gestión promovió a una empresa ‘patito’ llamada ROLMEX. Pues de acuerdo con documentos en poder de este espacio, prácticamente obligó a la contratista Halliburton a utilizar a esta empresa como subcontratista para el suministro de productos químicos para limpieza de tanques y pretendía que fuera utilizado a nivel nacional en todas las instalaciones de PEP. Sin embargo, el negocio se le vino abajo cuando posterior a una limpieza de tanques en una instalación de Pemex en Cunduacán, Tabasco, donde fueron utilizados las sustancias químicas de ROLMEX, provocaron una contaminación de crudo, que al ser bombeado dañaron bienes de Pemex Refinación además de afectaciones directas a Pemex Exploración y Producción, lo anterior debido a que sus productos contenían cloruros orgánicos, los cuáles al estar presente en el proceso de refinación reaccionan formando ácido clorhídrico, el cual generó un daño súbito a los equipos de Pemex.
El daño patrimonial calculado fue por más de 106 millones de dólares, muy a pesar de su deseo, Gustavo Hernández tuvo que dar un paso atrás, y mediante oficio número PEP-453-2024, instruyó suspender la aplicación de dichos productos químicos. También, Gustavo Hernández evitó cualquier tipo de recobro a la contratista Halliburton, no fue sino hasta que él terminó su gestión que se inició el proceso del requerimiento formal de pago a la contratista. Menudo negociazo se le fue de entre las manos.
Hemos dado cuenta que pese a que Hernández García es investigado por la Fiscalía General de Justicia (carpeta CI-FIDDS/E/UI-3 C/D/01137/09-2024), opera como ‘asesor externo’ a favor de Proveedora de Fluidos Mexicanos, Petroquímicos Industriales del Norte, y OPP Servicios Petroleros. Ojo, las primeras dos han sido altamente favorecidas con contratos por más de 7 mil millones de pesos: 641006800, 641003821 y 646204616, y están a punto de un contrato millonario de la licitación PEP-CAT-S-GCSEYP-100-102181-24-1. Por su parte, OPP Servicios Petroleros tiene contratos por más de 3 mil millones de pesos, 641009826 y 641003816; y está en negociaciones para incrementar su monto.
Este tipo de casos, como errores en cualquier obra de construcción, ponen en riesgo la cimentación del segundo piso de la 4T en Pemex.