La autora es directora de Monitoreo de Indicadores Educativos.
Ha llegado esa bonita época del año en la que nos preguntamos cómo vienen las prioridades en materia de política pública en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Y la verdad es que hubo pocas sorpresas en la propuesta para el próximo año, la primera que manda la presidenta Claudia Sheinbaum a una Cámara de Diputados en la que tiene mayoría, y que no tendrá ningún problema en aprobarla sin grandes modificaciones.
Vemos sin mucho asombro que los programas de becas Benito Juárez y Rita Cetina, se llevan una gran parte del total de los recursos asignados a nivel básico en Educación Pública con un 73.12%. Con esto se cumple la promesa de la presidenta de ampliar la cobertura de las becas y avanzar hacia su universalización, comenzando por integrar a más jóvenes de secundaria a estos beneficios. Lo que sí fue sorpresa fue el recorte a los recursos destinados a atender la infraestructura educativa por medio del programa la Escuela es Nuestra (LEEN). De los casi 30 mil millos de pesos que tuvo en 2024, se quedará solamente con poco menos de 16 mil millones. ¿Qué significa esto? Algo muy sencillo, que quedarán sin atender las más de 50 mil escuelas que no tiene agua potable, y que seguramente tampoco llegará la electricidad a las más de 26 mil escuelas que no cuentan con ella. De baños, computadoras y conexión a internet, mejor ni hablamos, porque tampoco va a alcanzar. Haciendo un poco de memoria recordamos que la Presidenta Sheinbaum se comprometió a regresar las escuelas de tiempo completo o de jornada ampliada, primero durante la campaña y luego al inicio de su mandato. ¿Pero qué creen? Esas escuelas también tienen que ser atendidas con el presupuesto de LEEN, si hacemos cuentas, tampoco va a alcanzar.
Otro de los temas en los que no tuvimos sorpresas fue en el recorte a la propuesta de presupuesto de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), que en términos reales terminará recibiendo un 40% menos de lo que tuvo para coordinar el Sistema Nacional para la Mejora Continua de la Educación en 2024. Y ahí terminan todas las esperanzas de seguir contando con un organismo técnico especializado para evaluar la educación y al sistema educativo mexicano de manera objetiva. Además de este recorte al presupuesto, seguramente en los próximos días será aprobada la modificación a la Constitución con la que desaparecerá la MEJOREDU. Esto es de facto una reducción al gasto federal destinado a la educación. En diciembre sabremos cómo tomará la SEP las funciones de evaluación de la educación que realizaba este organismo y con cuánto presupuesto se quedará para realizarlas.
Situaciones similares a las del presupuesto de la MEJOREDU se presentan en CONEVAL, en el INAI, y en todos los organismos constitucionalmente autónomos destinados a la “simplificación administrativa”. En esto tampoco hubo sorpresas. Sin duda, la pérdida de estos organismos dejará importantes huecos en el entramado institucional de nuestro país. Y así como pasó con la prueba PISA que quedó “huérfana” con la desaparición del INEE, habrá funciones de estos organismos que nadie tomará. No nos queda claro si las funciones de evaluación de los programas sociales serán absorbidas por el INEGI, no sabemos si las evaluaciones de política social vinculadas a los derechos humanos, como el derecho a la educación, se volverán a realizar. En Mexicanos Primero defendemos el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes, y vemos con gran incertidumbre el futuro, tanto por esta asignación presupuestal sin sorpresas, como por la desaparición de instituciones que apoyaban la garantía de los derechos humanos.